MAEM - Luz en la oscuridad
Los instantes en blanco y negro
Por Yesica Gallegos - marzo 9, 2018
Flyer colgado en redes sociales |
En el día de ayer, el MAEM inauguró la muestra fotográfica "Luz en la oscuridad" en la cual se exponían los trabajos seleccionados en el concurso organizado por Clínicas Medisur S.A. durante el año pasado. Las obras enmarcan distintas miradas de lo que significa la luz, lo qué es la oscuridad, como el blanco y el negro juegan a armar una historia.
Entre menciones y ganadores observamos desde el minimalismo hasta el retrato, todos son relatos a los cuales los cubre un velo oscuro característico de las fotografías en blanco y negro. Guardando cierta nostalgia, cada una de las imágenes nos evocan sentimientos cruzados, entre la añoranza, las distancias y la naturaleza.
Es apreciable la idea que rodea la muestra, esas imágenes que lleven a otros a tomar distancia, a verse en las retinas de otros, a imaginar mundos posibles. Obras que serán destinadas a los pasillos de una clínica, donde el dolor invade y la soledad, a veces, cubre la vida de sus pacientes. Los artistas permiten mostrarles un pedazo de cielo, una montaña inalcanzable, un reloj cuyo tic-tac duerme en silencio. Es la imagen como motor que abre las puertas a la imaginación y a los sentidos.
Las obras, a su vez, son muy íntimas, reflejan partes de la vida de otros: el perro que aúlla al cielo, el gato que se interpone en el lente de una cámara, el bebé y el pecho, las manos que enlazadas se mantienen firmes ante el flash. Lo que le da fuerza a una imagen es cuando hace de espejo a la cotidianidad, cuando lo que vemos es lo que ha estado ahí en todo momento, los ojos aprenden a mirar y la mirada se agudiza hasta llegar a la toma perfecta. Pero si hablamos de que la imagen se acerca a la realidad y se vuelve fuerte, la perfección de la toma se diluiría hasta ser sólo real y, tal vez, imaginaria.
La muestra expone claramente su argumento. "Luz en la oscuridad", un buen título para aquellos que verán las obras día tras día en las salas de una clínica; la estética de las fotografías en blanco y negro le otorgan cierta "hermosa" tristeza a sus mensajes, que deben llenar de color las vidas que conviven con el dolor.
Las obras más que competidoras en un concurso artístico se vuelven regalos para los espectadores. Cabe decir que vuelven a repetirse nombres de ganadores eternos, que no opacan las superadoras imágenes obtenidas por "aficionados".
Afición y profesión se diluyen gracias al amor al arte; la unión del arte y la salud debería repetirse así como alguna vez conocimos lo que sucede en el Hospital Formenti en El Calafate.
El arte sana y quien lo práctica se transforma en un cháman de estos tiempos caóticos.
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